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Otra mirada

LA OTRA MIRADA CON FERNANDO GENESIR Vacaciones y austeridad: ¿un dilema presidencial? La decisión de Javier Milei de no descansar genera debate sobre el derecho a vacaciones en la función pública.

 

17/12/2024 | 10:05

Hoy quiero hablarles sobre un tema que, aunque puede parecer trivial, en realidad toca aspectos más profundos de nuestra sociedad: las vacaciones de los funcionarios y la austeridad que se espera de ellos.

No puedo evitar pensar en el reciente anuncio de Javier Milei, quien, en su segundo año como presidente, decidió no tomarse vacaciones. A pesar de las recomendaciones sobre la importancia de descansar, Milei opta por permanecer en funciones desde la residencia de Olivos durante gran parte del verano. Su entorno le sugiere que al menos tome tres días libres, pero él se define como un "adicto al trabajo". Personalmente, encuentro curioso que no haya utilizado la residencia de verano de Chapadmalal. Si yo fuera presidente, aprovecharía la oportunidad de gobernar junto al mar.

El panorama es diferente para sus ministros. Antes de su viaje a Italia, Milei dejó claro un protocolo: las vacaciones de los funcionarios nacionales deben tomarse entre el 31 de diciembre y el 31 de enero, y no pueden exceder los 15 días. Además, sugiere evitar destinos que sean símbolos de ostentación. Aunque no menciona lugares específicos, su mensaje queda claro. Este es el protocolo que rige las vacaciones de los funcionarios, y me lleva a reflexionar sobre el derecho a descansar.

Considero que todos, desde el presidente hasta el último de los trabajadores, tienen derecho a tomarse vacaciones. Es un derecho humano fundamental. No comprendo por qué Milei elige no hacerlo, pero parece que su pasión por el trabajo lo lleva a evitar el descanso. Al mismo tiempo, me parece acertado que las vacaciones se puedan interrumpir si surge la necesidad, ya que los funcionarios tienen una responsabilidad pública. En este sentido, se establece un equilibrio entre austeridad, coordinación y la posibilidad de descansos interrumpibles.

Sin embargo, lo que realmente me desconcierta es la idea de no mostrarse en lugares "ostentosos". Si una persona tiene los medios para disfrutar de unas vacaciones en Miami o Punta del Este, ¿por qué debería abstenerse? Este aspecto del protocolo de vacaciones para funcionarios genera dudas. Los invito a reflexionar sobre esta cuestión y compartir sus opiniones sobre la decisión del presidente Javier Milei.

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